
Tiene la mirada perdida,
cansada de tanto observar.
Hoja tras hoja perdidas en el
tiempo, entre sombras donde
todo es silencio, como un
sabor temprano a muerte,
a ramas sacudidas por el viento,
derramando su inquietud
por la sangre, su sombra
danza por olas de
ríos eternos...
Hasta ella llegó el cansancio
de los sueños, en el amanecer
amable de sus hojas nuevas,
por esos caminos anchos de
la vida, volviendo a empezar,
con hojas nuevas que
agitan su sangre apresurada,
cambiando de forma, cambiando
el futuro.
Se levanto el viento... primero
era como la voz de un vacío...
un soplar desde el espacio hacia
el interior de un orificio, una
ausencia en el silencio del
aire...después la nada...




