martes, 3 de abril de 2012


Atrevete a perder el respeto a la muerte que forma parte natural de la vida. En la misma medida que al final, jamás te acostumbrarás a la vida injustamente amordazada por la muerte. Cuando todo termina,¿ cómo serás cuando no seas tu?, cuando el tiempo haya modificado tu estructura y, tu cuerpo sea otro, otra tu sangre, otros tus ojos, otros tus cabellos...Camina por delante para abrazar lo inevitable y no ser sorprendido por lo que vendrá. Todo es transitorio, fugitivo, fugaz. El que tu eres, cambia en el transcurrir de los días, evoluciona, vive, tropieza, cae, se levanta y, se cruza con otros más. La eternidad se disuelve como una tableta de chocolate al sol.