miércoles, 28 de octubre de 2009

Lluvia de otoño


Tan sólo un instante humedece el alma.
La tristeza dura de la torpe lluvia, empeora
el aire negro con una desagradable intensidad.
Una despedida molesta, aleja la tormenta y
el ruido de la lluvia disminuye como una voz
apagada. De pronto el silencio deja de respirar.
El aire se cubre de personalidad, nada más...
Un poco de sol, una brizna de brisa, unas nubes
que enmarcan la distancia cuando se alejan.
El deseo de ser feliz, nada más, sí...
Un pedazo de otoño en el fondo de un beso
navegando bajo una tenue lluvia llena de colores.
Nubes de luz y brisa, de lluvias inmemoriales
de hojas verdes que fertilizan la tierra.
Esas tardes de lluvias suaves, agua que
brilla y canta.
La tarde va cayendo , y aún llueve.
Nada más, sí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No es necesario nada más, has descrito un montón de cosas bellas en unos cuantos versos.

¡Que tendrán la lluvia, el otoño...sus besos.!

Un abrazo.

ángel dijo...

Este viento de otoño, que todo
lo remueve...
Gracias Anabel por tu visita.
Un abrazo.