
Recuerdos desordenados
en el recibidor del olvido.
Cerrados en una caja de
cartón están sus miradas
del ayer, sus lágrimas de
olvidos que corren hacía
ningún lugar, recuerdos
que siguen muriendo, poco
a poco, como pájaros que,
nacen, desaparecen y, vuelven
a su cabeza como una legión
de sombras perdidas en la
brumas del pasado, una
densa niebla, oscurece y agota
su memoria cansada por la edad.
Mujer... niña, extraviada en
la irreversilidad del tiempo.
En su oscura celda, sujeta
a las grietas, asoman muñecas
de trapo que, su mente
añora y pide... sus recuerdos
van y vienen por un mar
revuelto... nubes de
humo reposan sobre su
cabeza...