martes, 26 de enero de 2010
El mundo camina de espaldas
hacia una noche negra,
llena la tierra de socavones
que se traga cuerpos inocentes,
el miedo aprieta el pecho y
los ojos con que miran
están tristes. El tiempo
cae gota a gota oprimiendo
los corazones, y reduce la
memoria a nada.
Casa arrojada a un lado,
trapo caído en la basura.
El alma tiembla con la
tierra en el peor de los
miedos, fantasmas sin
formas deambulan por los
basureros, la desolación
arrugándose en nubes negras.
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11 comentarios:
Estremecedora manera de la descripción de la tragedia.
¡Que pena que estos versos tengan las raices del sufrimiento!
Hasta la naturaleza se revuelve contra los más débiles.
Un beso.
Es en esta penumbra donde atisbamos la luz que se encuentra a la vuelta de la esquina.
La humanidad está despertando ante el final de una Era y la naturaleza nos está dando una información de lo que está por venir.
Es imposible permanecer dormidos.
Me ha gustado mucho tu blog, me uno a tus seguidores.
Saludos desde otra isla.
Precisamente anoche vine a leerte Ángel, era tarde y sólo alimentaba musas.
Me encantó esta forma tuya de expresar una tragedía que no conoce límites a pesar del horror que supone.
Un abrazo de agradecimiento por estar ahí desde hace tanto...
Estamos Ángel sumidos en el desencuentro y la desesperación... esas manos al aire que no pueden dar más, esa necesidad que no se cubre con sólo unas manos... Esa pena compartida pero asumida sólo por unos cuantos. La supervivencia llama y desde lejos, sólo nos quedan palabras y esa moneda de cambio que llaman dinero para reconstruir lo irreconstruible.
Besos, me sumo al sentimiento de pérdida compartido!
Excelente tu escrito, Angel. Gracias por pasar por mis versos, volveré a menudo. Un abrazo desde Badajoz.
Que la muerte nos quite el aliento.
Que el temor desaparezca y que al final la tierra nos trague convirtiéndonos en terreeno.
Un saludo desde el camino!!
Gracias por vuestros amables
comentarios.
Un abrazo.
Gracias a ti por comparirlos.
Feliz fin de semana Angel.
Un beso.
El sufrimiento humano se torna distante si no somos conscientes de las lágrimas y la heridas de nuestros semejantes. Y el destino como un niño vuelca los sentimientos el segundo menos pensado.
Un placer visitar tu blog. Saludos
Juan Carlos.
El miedo la congoja de los corazones.
Un abrazo Ángel
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